miércoles, 21 de noviembre de 2012
Masaje a mi sobrina
Resulta que del lado de mi esposa tengo una sobrina de 26 años, la cual, además de ser mi sobrina es mi comadre, pues es madrina de una de mis hijas. Hace poco finalizó su divorcio. Desde hace tiempo ella y yo tenemos una buena comunicación, nos hemos hecho buenos amigos y confidentes.
Recién la semana pasada fui a visitarla por la noche, dado que no estaba su hijo pequeño en casa y necesitaba platicar con alguien sobre algunos problemas que me estaban pasando. Como siempre me recibió muy bien, en pants porque estaba haciendo limpieza de papeles. Estuvimos platicando de su divorcio, de mi relación con su tía, etc.
Finalmente y después de mucho rato me ofrecí a darle un masaje en sus hombros porque estaba muy cansada. Pasamos a su recámara y ahí se acostó en la cama. Le quité la blusa y le desabroché el sostén. Me puse aceite en las manos y comencé a darle un rico masaje. La plática siguió y siguió. Luego de un buen rato comencé a darle masaje a sus nalgas, por lo que le bajé el pantalón y aproveché para bajarle la tanga. Ella no me decía nada, pero hasta me ayudaba a que la desnudara. Se lo quité todo, dejándola totalmente desnuda ante mí.
Seguí con el masaje en sus nalgas, abriéndole las piernas y alcanzando a verle su monte de venus, poco peludito. Mis dedos de pronto acariciaban su vagina. Luego de un rato le pedí que se diera vuelta y entonces pude contemplar sus hermosos senos. Se los acaricié, sobé y jugué con sus pezones. Ella no me decía que no, pero tampoco se quitaba o rechazaba mis caricias. La cosa iba subiendo de temperatura.
Seguí con el masaje y luego me enfoqué en su panochita. Cuando la volví a tocar estaba húmeda y caliente. Jugué con su clítoris y luego bajé a besarle la panocha. Ella me dijo "aún no, dame tiempo..." por lo que lo entendí, seguí con el masaje y al terminar ella y venirse, me acerqué y la besé en los labios, sabiendo que de habría nada más entre nosotros.
Sin embargo nos hemos visto un par de veces y nuestros cuerpos piden a gritos otra cosa. Ya les platicaré como nos va.
lunes, 23 de enero de 2012
Después de 18 años
Hace unos meses tuve la oportunidad de conocer a una chica por medio de las redes sociales. La llamaremos Lucía, para proteger su privacidad.
Lucía aparecía en las fotos con un hermoso cabello corto color rojo, ojos verdes, tez clara. En una palabra una chica muy bonita, además de que se veía que era muy sensual. Total que empezamos a platicar por ese medio, y quedamos un día de salir a tomar algo.
Pasé por ella a donde habíamos quedado. Llegó puntual. Vestía unos jeans ajustados, una playera igual de ajustada que dejaba ver unos senos turgentes y generosos. Subió a mi camioneta, nos besamos en la mejilla y nos fuimos a buscar un lugar donde tomarnos algo.
En el camino platicamos y vimos que la química se daba perfectamente. Finalmente decidimos ir a mi casa a tomarnos algo con más tranquilidad y para no exponer nuestra seguridad, dado que últimament han estado pasando cosas feas en Zacatecas.
Entramos, tomamos, platicamos y finalmente nos abrazamos. Poco a poco comencé a tocarla, a acariciarla, a descubrir su piel. Ella empezó a gemir y me pedía que ya no lo hiciera, pero al mismo tiempo se acomodaba para sentir mejor mis caricias. Me decía que hacía ya 18 años desde la última vez que lo había hecho.
Yo la besaba y la acariciaba. De cuando en cuando le acariciaba el clítoris para ponerla más caliente. Luego de un rato ella ya no aguantó más y se abrió el pantalón para que mis dedos pudieran acariciarla mejor. Yo aproveché esto para despojarla del resto de su ropa, mientras ella me quitaba la mía. Así desnudos seguimos tocándonos y besándonos. Yo no quería apresurar el momento. Quería sentirla lentamente, que pidiera a gritos el que se la metiera.
Sentía como sus jugos escurrían a borbotones de su vagina a cada caricia. Se notaba que estaba sumamente necesitada de chile.
Luego le abrí las piernas y comencé a chuparle el clítoris. Ella gemía como desesperada y me decía que nunca había hecho algo así. Finalmente se vino en mi boca. Sus jugos caían y me empapaban.
Luego subí y acomodé mi verga en su caliente vagina, presionando poco a poco pues estaba muy estrecha, hasta que finalmente cedió y mi pene entró lentamente, sin lastimarla. Lucy gemía ante cada embate.
Se lo hice lentamente, sin apresuramientos. Quería que disfrutara cada centímetro de carne dentro de ella. Luego ella comenzó a tomar el ritmo y así seguía y seguía. Se vino otras tres veces así, antes de que cambiáramos de posición.
Cuando estaba cambiándola, ella se agachó y me dijo "siempre he querido mamar un pene", y sin más ni más comenzó a metérselo en la boca, al principio tímida, pero después me lo chupó como desesperada, parecía que quería acabárselo a mamadas.
Cuando sentí que estaba por venirme le dije que se acomodara de perrito y en esa posición se la dejé ir completa, en un solo movimiento. Lucy gemía ante mis embates, sintiendo mis manos tomarla de la cintura y acariciarle por tiempos sus nalgas. Ambos estábamos empapados de sudor y de otras cosas.
Finalmente sentí que estaba por venirme y cuando se lo dije me pidió "vente adentro papito, estoy arreglada, no hay problema en que te corras dentro de mi, déjame sentir tu leche calientita". Ante esto incrementé la velocidad de mis movimientos y cuando sentí que estaba por venirme la agarré con fuerza de su cintura y se la clavé en un último movimiento mientras me vaciaba en esa puchita ávida de carne. Ella soltó un grito y se vino junto conmigo.
Finalmente nos acostamos y cuando acordamos ya había amanecido. Amanecimos abrazados los dos, cansados pero felices después de 11 orgasmos de ella y uno mío.
Reconteo de experiencias
Con algunas aún mantendo comunicación si bien ya no ha habido encuentros. Puedo decir sin ambages que seguimos siendo amigos. Otros me han ayudado en las situaciones más difíciles que he pasado, me han prestado su apoyo incondicional y me han permitido conocer mejor a las personas.
Hoy quiero agradecerles. Gracias por su amistad, por su ayuda y sobre todo por haberme permitido conocerlos.
viernes, 9 de julio de 2010
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Con la MILF
Ya hacía algún tiempo que, buscando en internet en las redes sociales me había encontrado con algunas señoras casadas insatisfechas, divorciadas calientes o viudas hambrientas de sexo. Una de ellas, a la que llamaremos Liliana me llamó más la atención que las demás. Tenía como foto de contacto una de ella sentada en unas escaleras luciendo unas piernas espectaculares, en una minifalda y una blusa blanca. La foto obviamente era de varios años atrás, sin embargo el resto de las fotos mostraban a una señora de unos 45 años muy bien conservada, muy guapa, con una luz en sus ojos cafés muy bonita, pelo largo y unos labios muy bellos.
Total que iniciamos el contacto, nos escribíamos, nos contábamos cosas. Me dijo que tenía un hijo de 20 años, que tenía 21 de divorciada, que vivía en Zacatecas desde entonces y que se dedicaba al comercio. Nos hicimos amigos, luego nos conocimos en persona. Pasaba yo a su negocio por ella cuando salía de trabajar o a la hora de la comida. Su hijo trabajaba en Calera por lo cual no llegaba hasta muy tarde y aparte de todo es de mentalidad abierta. Está conciente que su mamá tiene necesidades y en ese aspecto nos dejaba tranquilos.
Liliana se comía toda mi verga en unas mamadas tan sabrosas que solo de acordarme hacen que se me vuelva a poner dura. Se notaba que tenía bastante tiempo de no cojer. Mi lengua exploraba su conchita haciéndola gemir. Luego me puso el condón y se la metí hasta el fondo. Ella gemía y se retorcía de placer. La puse en 4 y se la metí de perrito. En esa posición estuvimos cerca de media hora, descubrimos que es nuestra favorita. Ella me decía "que rico me cojes papito" y cosas por el estilo.
Finalmente nos venimos juntos, disfrutando de las sensaciones. Este fue el primer encuentro de muchos, donde ella aprendió de mi muchas cosas y yo de ellas, la inicié en las delicias del sexo anal y de los tríos. Son cosas que platicaré más adelante.
lunes, 24 de noviembre de 2008
Carmen
Con mi compañera de trabajo
No fue propiamente swinger, pero fue muy placentero
Por que soy swinger
Mi nombre es Alejandro. Tengo en este momento 35 años, soy heterosexual, casado sin permiso, delgado, 1.70 de estatura y radico en Zacatecas.
Me inicié en este ambiente cuando estudiaba la carrera de Ingeniería en Sistemas allá por la década de 1990. Todo sucedió de la siguiente manera:
Una pareja de amigos organizó una fiesta en casa de ellos. Ellos estaban casados y hacían la misma carrera que yo. De alguna manera, al ser ellos un matrimonio los demás los veíamos como una figura de respeto. La fiesta inició cerca de las 10 de la noche y para eso de la una de la mañana los demás compañeros ya se habían retirado, quedando solo ellos dos y yo.
Seguimos tomando en la sala de su casa. Los tequilas continuaban mientras nuestra plática iba de un tema a otro. Finalmente llegamos al tema del sexo. Empezamos a platicar de nuestras experiencias y que era lo que me gustaba a mi. Mientras hacíamos esto ella se empezó a poner cachonda con él. Le agarraba sin tapujos el pene mientras yo la observaba. El le empezó a acariciar el culo y luego comenzaron a fajar.
A estas alturas yo no sabía si quedarme o irme para dejarlos solos y que continuaran con lo que estaban haciendo. Justo cuando estaba a punto de levantarme (del sillón, porque del pene ya hacía buen rato que estaba parado) ella le sacó el pene del pantalón y comenzó a mamarlo. Él me vió y me preguntó: "¿Que? ¿Te gusta mi vieja?" Yo no pude menos que aceptarlo, la verdad es que ella es una mujer muy guapa, así que asentí, entonces el me dijo "pues llégale con ella entonces"... Al ver que no me animaba, ella dejó de mamarlo y se dirigió hacia mí. Nos besamos, nos cachondeamos y cuado se bajó a mamar mi pene él le llegó por atrás y se la metió de un solo golpe.
Ella no batalló mucho para digerir el golpe, pues estaba super mojada. Gemía ante los embates de su esposo mientras tenía mi pene en su boca. Luego de un rato cambiamos de posición, entonces me acomodé detrás de ella y la penetré lentamente. Por fin tenía a esa reina para mi. No puedo negar que ya había fantaseado varias veces con ella, pero como eran esposos, esa posibilidad había quedado fuera de mi alcance, hasta esa noche. La bombeaba una y otra vez, escuchando sus gemidos.
Esa noche le hicimos de todo, doble penetración por la vagina, por la vagina y el ano, por la boca, etc. Finalmente él se corrió dentro de su culo y yo en su cara. Terminamos felices y super contentos. Así que continuamos frecuentándonos por algún tiempo, hasta que terminamos la carrera y ellos cambiaron de residencia a otra ciudad.
Este evento cambió mi vida y mi sexualidad, pues desde entonces comencé a explorar el ambiente swinger. He tenido muchas experiencias, tanto buenas como malas. Siempre que he logrado contactar a alguien es jugarse el albur, pues no sabes como serán ellos hasta que los ves.
Busco mujeres y/o parejas dispuestas a disfrutar de su sexualidad en un ambiente de higiene, respeto y discreción. No sado, no drogas, no $$$, solamente sexo delicioso.