miércoles, 21 de noviembre de 2012

Masaje a mi sobrina

Hoy quiero platicar lo que me pasó hace unos pocos días.

Resulta que del lado de mi esposa tengo una sobrina de 26 años, la cual, además de ser mi sobrina es mi comadre, pues es madrina de una de mis hijas. Hace poco finalizó su divorcio. Desde hace tiempo ella y yo tenemos una buena comunicación, nos hemos hecho buenos amigos y confidentes.

Recién la semana pasada fui a visitarla por la noche, dado que no estaba su hijo pequeño en casa y necesitaba platicar con alguien sobre algunos problemas que me estaban pasando. Como siempre me recibió muy bien, en pants porque estaba haciendo limpieza de papeles. Estuvimos platicando de su divorcio, de mi relación con su tía, etc.

Finalmente y después de mucho rato me ofrecí a darle un masaje en sus hombros porque estaba muy cansada. Pasamos a su recámara y ahí se acostó en la cama. Le quité la blusa y le desabroché el sostén. Me puse aceite en las manos y comencé a darle un rico masaje. La plática siguió y siguió. Luego de un buen rato comencé a darle masaje a sus nalgas, por lo que le bajé el pantalón y aproveché para bajarle la tanga. Ella no me decía nada, pero hasta me ayudaba a que la desnudara. Se lo quité todo, dejándola totalmente desnuda ante mí.

Seguí con el masaje en sus nalgas, abriéndole las piernas y alcanzando a verle su monte de venus, poco peludito. Mis dedos de pronto acariciaban su vagina. Luego de un rato le pedí que se diera vuelta y entonces pude contemplar sus hermosos senos. Se los acaricié, sobé y jugué con sus pezones. Ella no me decía que no, pero tampoco se quitaba o rechazaba mis caricias. La cosa iba subiendo de temperatura.

Seguí con el masaje y luego me enfoqué en su panochita. Cuando la volví a tocar estaba húmeda y caliente. Jugué con su clítoris y luego bajé a besarle la panocha. Ella me dijo "aún no, dame tiempo..." por lo que lo entendí, seguí con el masaje y al terminar ella y venirse, me acerqué y la besé en los labios, sabiendo que de habría nada más entre nosotros.

Sin embargo nos hemos visto un par de veces y nuestros cuerpos piden a gritos otra cosa. Ya les platicaré como nos va.

lunes, 23 de enero de 2012

Después de 18 años


Hace unos meses tuve la oportunidad de conocer a una chica por medio de las redes sociales. La llamaremos Lucía, para proteger su privacidad.

Lucía aparecía en las fotos con un hermoso cabello corto color rojo, ojos verdes, tez clara. En una palabra una chica muy bonita, además de que se veía que era muy sensual. Total que empezamos a platicar por ese medio, y quedamos un día de salir a tomar algo.

Pasé por ella a donde habíamos quedado. Llegó puntual. Vestía unos jeans ajustados, una playera igual de ajustada que dejaba ver unos senos turgentes y generosos. Subió a mi camioneta, nos besamos en la mejilla y nos fuimos a buscar un lugar donde tomarnos algo.

En el camino platicamos y vimos que la química se daba perfectamente. Finalmente decidimos ir a mi casa a tomarnos algo con más tranquilidad y para no exponer nuestra seguridad, dado que últimament han estado pasando cosas feas en Zacatecas.

Entramos, tomamos, platicamos y finalmente nos abrazamos. Poco a poco comencé a tocarla, a acariciarla, a descubrir su piel. Ella empezó a gemir y me pedía que ya no lo hiciera, pero al mismo tiempo se acomodaba para sentir mejor mis caricias. Me decía que hacía ya 18 años desde la última vez que lo había hecho.

Yo la besaba y la acariciaba. De cuando en cuando le acariciaba el clítoris para ponerla más caliente. Luego de un rato ella ya no aguantó más y se abrió el pantalón para que mis dedos pudieran acariciarla mejor. Yo aproveché esto para despojarla del resto de su ropa, mientras ella me quitaba la mía. Así desnudos seguimos tocándonos y besándonos. Yo no quería apresurar el momento. Quería sentirla lentamente, que pidiera a gritos el que se la metiera.

Sentía como sus jugos escurrían a borbotones de su vagina a cada caricia. Se notaba que estaba sumamente necesitada de chile.

Luego le abrí las piernas y comencé a chuparle el clítoris. Ella gemía como desesperada y me decía que nunca había hecho algo así. Finalmente se vino en mi boca. Sus jugos caían y me empapaban.

Luego subí y acomodé mi verga en su caliente vagina, presionando poco a poco pues estaba muy estrecha, hasta que finalmente cedió y mi pene entró lentamente, sin lastimarla. Lucy gemía ante cada embate.

Se lo hice lentamente, sin apresuramientos. Quería que disfrutara cada centímetro de carne dentro de ella. Luego ella comenzó a tomar el ritmo y así seguía y seguía. Se vino otras tres veces así, antes de que cambiáramos de posición.

Cuando estaba cambiándola, ella se agachó y me dijo "siempre he querido mamar un pene", y sin más ni más comenzó a metérselo en la boca, al principio tímida, pero después me lo chupó como desesperada, parecía que quería acabárselo a mamadas.

Cuando sentí que estaba por venirme le dije que se acomodara de perrito y en esa posición se la dejé ir completa, en un solo movimiento. Lucy gemía ante mis embates, sintiendo mis manos tomarla de la cintura y acariciarle por tiempos sus nalgas. Ambos estábamos empapados de sudor y de otras cosas.

Finalmente sentí que estaba por venirme y cuando se lo dije me pidió "vente adentro papito, estoy arreglada, no hay problema en que te corras dentro de mi, déjame sentir tu leche calientita". Ante esto incrementé la velocidad de mis movimientos y cuando sentí que estaba por venirme la agarré con fuerza de su cintura y se la clavé en un último movimiento mientras me vaciaba en esa puchita ávida de carne. Ella soltó un grito y se vino junto conmigo.

Finalmente nos acostamos y cuando acordamos ya había amanecido. Amanecimos abrazados los dos, cansados pero felices después de 11 orgasmos de ella y uno mío.

Reconteo de experiencias

Una de las cosas que más me ha gustado de ser swinger (además del sexo) es la posibilidad de conocer a tantas y tantas personas. Ha habido buenas y malas, como en todo, pero afortunadamente han sido más las buenas.

Con algunas aún mantendo comunicación si bien ya no ha habido encuentros. Puedo decir sin ambages que seguimos siendo amigos. Otros me han ayudado en las situaciones más difíciles que he pasado, me han prestado su apoyo incondicional y me han permitido conocer mejor a las personas.

Hoy quiero agradecerles. Gracias por su amistad, por su ayuda y sobre todo por haberme permitido conocerlos.

viernes, 9 de julio de 2010

Anuncios


Veo en los periódicos como se anuncian algunas chicas, travestis, hombres y parejas. La mayoría de esos anuncios son con la finalidad de obtener una remuneración, es decir, prostitución. Otros son un medio de contacto (los menos, si no los únicos).



Me pregunto ¿habrá mercado para este tipo de servicios? La respuesta que me doy es un rotundo... SI.


Es cierto que internet nos ha abierto un mundo de maneras de comunicación y contacto. Sin embargo, cuando andamos jarochones queremos algo seguro, tranquilo, sin tanto carteo o correspondencia, incluso sin seducción. Simplemente queremos darle rienda suelta a nuestra cachondés.


Pero aún así, a veces queremos seguir con nuestra seducción, conocer a alguien, enamorarla, seducirla, llevarla a los límites para que cuando veamos colmado ese anhelo podamos decir "valió la pena".

Con la MILF



¡Ufff! Hace muchísimo tiempo que no accedía a este blogg. Ya ni me acordaba de su existencia. De verdad que googlear deja a veces algo bueno.










Hoy quiero relatarles mi primer encuentro con una MILF. ¿Que es una MILF? se preguntarán algunos. Bueno, son las siglas de las palabras en inglés "Mother I Like Fuck", o sea Madre a la quiero cojerme. En otras palabras son señoras de 40 para arriba con cuerpos esculturales a las que con solo verlas dan ganas de cogérselas. Un ejemplo de ello es la espectacular Emma Starr.






Ya hacía algún tiempo que, buscando en internet en las redes sociales me había encontrado con algunas señoras casadas insatisfechas, divorciadas calientes o viudas hambrientas de sexo. Una de ellas, a la que llamaremos Liliana me llamó más la atención que las demás. Tenía como foto de contacto una de ella sentada en unas escaleras luciendo unas piernas espectaculares, en una minifalda y una blusa blanca. La foto obviamente era de varios años atrás, sin embargo el resto de las fotos mostraban a una señora de unos 45 años muy bien conservada, muy guapa, con una luz en sus ojos cafés muy bonita, pelo largo y unos labios muy bellos.






Total que iniciamos el contacto, nos escribíamos, nos contábamos cosas. Me dijo que tenía un hijo de 20 años, que tenía 21 de divorciada, que vivía en Zacatecas desde entonces y que se dedicaba al comercio. Nos hicimos amigos, luego nos conocimos en persona. Pasaba yo a su negocio por ella cuando salía de trabajar o a la hora de la comida. Su hijo trabajaba en Calera por lo cual no llegaba hasta muy tarde y aparte de todo es de mentalidad abierta. Está conciente que su mamá tiene necesidades y en ese aspecto nos dejaba tranquilos.

La primera vez que lo hicimos estábamos en un mirador, ya en la noche. Tomábamos unos caribes mientras platicábamos. Yo la abrazaba. Empezamos a besarnos. Mi manos jugaba con sus senos (por cierto, enormes, preciosos y muy bien cuidados) y ella me acariciaba el pene. Decidimos irnos a un motel. Al llegar entramos en la habitación y nos despojamos de la ropa. Todo el tiempo que teníamos de seducción rindió sus frutos.



Liliana se comía toda mi verga en unas mamadas tan sabrosas que solo de acordarme hacen que se me vuelva a poner dura. Se notaba que tenía bastante tiempo de no cojer. Mi lengua exploraba su conchita haciéndola gemir. Luego me puso el condón y se la metí hasta el fondo. Ella gemía y se retorcía de placer. La puse en 4 y se la metí de perrito. En esa posición estuvimos cerca de media hora, descubrimos que es nuestra favorita. Ella me decía "que rico me cojes papito" y cosas por el estilo.




Finalmente nos venimos juntos, disfrutando de las sensaciones. Este fue el primer encuentro de muchos, donde ella aprendió de mi muchas cosas y yo de ellas, la inicié en las delicias del sexo anal y de los tríos. Son cosas que platicaré más adelante.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Carmen

Durante algunos años laboré para una conocida empresa dedicada a la venta de muebles en toda la república (la de los abonos chiquitos). Mi trabajo consistía en brindar soporte técnico de computadoras a todas las tiendas que tenía a mi cargo. Por esta razón viajaba bastante a Aguascalientes, Jalisco, Coahuila, Guanajuato, Monterrey y claro, por todo el estado de Zacatecas. Mi trabajo me ponía en contacto con todas las personas que laboran en las sucursales, desde los (y las) gerentes, vendedores(as), y por supuesto a las cajeras. Muchos de mis compañeros se quejaban del hecho de que, al entrar a trabajar al área de cajas, las cajeras les platicaran su vida personal, etc. Yo siempre les dije que nuestro trabajo era ser doctores de computadoras y de almas, ya que, el nivel de cajero era el mas bajo en la cadena de mando de las tiendas. ¿Con quien podían platicar las muchachas si no era con nosotros?

Bueno pues, en una de mis tantas salidas a Sombrerete me fijé (iba a decir "conocí", pero no era cierto; ya la conocía, pero no le había puesto atención) en una de las cajeras de la tienda. La llamaré "Carmen". Delgadita, pelo castaño, chiquita (no pasaba del 1.55), bonita, con ese "no se que que que se yo" que tienen algunas mujeres. Total que ese día me quedé tarde (las tiendas cierran a las 9:00 pero hasta que se guarda todo y eso dan como las 10:00), así que decidí quedarme a dormir en Sombrerete. Antes de salir del bunker le pregunté a Carmen si quería salir a tomar algo conmigo y pues me dijo que si. Salimos de la tienda como a las 9:45 de la noche y nos dirigimos hacia mi vehículo. Nos subimos y fuimos por unas cervezas. Con el pretexto de conocer Sombrerete le pedí que me hiciera un tour por su pueblo y, pues como no hay mucho para donde ir acabamos en un mirador.


Ahí le pedí que se sentara mas juntito a mi y cuando se acercó la levanté y la senté en mis piernas. Carmen no opuso resistencia, aún mejor, se acomodó mejor en ellas. Mientras platicábamos comencé a besarle una mejilla y pude sentir como se estremeció al contacto de mis labios. Ante esta señal seguí besándola tiernamente, acercándome poco a poco a sus labios y acabamos fundiéndonos en un rico beso. Entonces las caricias subieron de tono y, gracias a la posición en que nos encontrábamos mis manos corrían libremente por ese cuerpo delicado y pequeño. Justo cuando mis dedos ya empezaban a acariciar su clítoris pos encima del pantalón y ella comenzaba a jadear ante mis caricias llegó una patrulla. Alcanzamos a acomodarnos antes de que se acercaran mas y pues nos tuvimos que retirar del mirador. Como las cervezas ya empezaban a cobrar su cuota orinal nos dirigimos a un hotel a la entrada del pueblo, pues aún no me había registrado en ninguno. Pagué mi habitación y entramos los dos al cuarto, con el pretexto del baño. Carmen entró primero y al salir ni tiempo le dí de decir nada, me lancé hacia ella, la abracé y la besé apasionadamente junto a la cama. Poco a poco la acosté en ella y seguí con el faje, mientras mis manos comenzaban a desabrochar los botones de su camisa y luego el de su pantalón. Poco a poco aparecieron ante mi sus senos, cubiertos por un brassier de encajes color negro. Lo hice a un lado y le chupé y lamí sus senos y pezones. Carmen solo gemía, mientras mis manos hacían hacia abajo su pantalón, revelando una pantaleta negra normalita, nada ostentoso.

Cuando la tuve en ropa interior comencé a desvestirme yo mismo; Carmen me miraba acostada boca arriba como quedaba yo también en ropa interior. Me subí en ella y con ayuda de mis piernas abrí las de ella para quedar en mejor posición, mientras seguía besándola. No quería apresurar las cosas, quería que ella disfrutara cada momento igual que lo estaba disfrutando yo. Le quité su brassier con la ayuda de mis dientes y ella se rió. Continué besando sus senos sintiendo como se ponía chinita. Poco a poco fuí bajando por su estómago, besando cada milímetro de su piel hasta que llegué a su vulva, aún cubierta por su pantaleta. Suavemente la hice a un lado y besé sus labios vaginales, luego con la ayuda de mi lengua recorrí despacio toda esa área velada para los demás, pero que en ese momento era mia.

Carmen se retorcía de placer al sentir mi lengua penetrar en su intimidad (después supe que era la primera vez que le hacían sexo oral), hasta estremecerse y llegar a su primer orgasmo. Me levanté, me limpié la boca con la orilla de la sábana y la besé. Ella me agradeció el orgasmo y siguió besándome, luego siguió con mi cuello y poco a poco bajó hasta llegar a mi pene, lo besó por encima de mi boxer y luego lo sacó y sin mas se lo metió a la boca. Sin embargo no lo estaba haciendo correctamente, pues sus dientes me lastimaban, entonces le pregunté si ya lo había hecho antes. Carmen me contestó que no, pero que había visto algunas películas porno con sus amigas y que de hecho había tenido sexo en un par de ocasiones con un novio que tuvo, pero que ambos eran inexpertos y que incluso ella no había alcanzado el orgasmo con él, de hecho tenía cerca de dos años de no tener relaciones.Siendo así procedí a instruirla en como mamar mi pene. Le mostré como agarrarlo, como besarlo, como metérselo a la boca y como se acomodara para no lastimarme con los dientes. Poco a poco comenzó a hacerlo de una manera natural, sin presiones, gozando con cada vez que entraba a su boca, hasta que casi me hace venir.

Ante esto la acomodé en la posición de misionero y la besé hasta que la penetré en esa posición. Carmen se acomodaba muy bien a mi cuerpo, aún cuando yo soy 15 centímetros mas alto que ella, entonces ella comenzó a tomar las riendas del acto. Se movía como quería, gozando mi verga a cada movimiento, gimiendo, sudando, incluso hasta algunas lágrimas se resbalaban de sus ojos, pues me decía que antes no había gozado así. Luego cambiamos de posición, yo abajo y ella cabalgándome. Ya me había dado cuenta de que en esa ocasión ella quería tener el control, así que la dejé que me cogiera. Carmen se movía muy bien, a veces en círculos, otras veces dando pequeños saltos y yo la verdad hacía esfuerzos para no venirme, pues quería gozarla por mucho rato. Luego cambiamos de posición, ahora a mi favorita, la de perrito. Carmen se acomodó con la mano mi pene a la entrada de su vagina y poco a poco se hechó para atrás, ensartándose en mi verga con cada movimiento. Luego la tomé de la cintura y comencé a bombearla, uno-dos, uno-dos, Carmen gemía y gozaba. Mientras esto pasaba le escupí silenciosamente en su ano y con mis dedos comencé a jugar con él, con una mano acariciaba su ano y con la otra jugaba con su clítoris mientras ella se movía.

Luego de un rato y de varios orgasmos de ella le dije que quería terminar. Carmen me preguntó que si quería terminar dentro de ella y me arriesgué. Terminé dentro de su vagina, llenando sus cavidades con mi leche caliente. Al sentir mi descarga, Carmen se estremeció y tuvo otro orgasmo.Caimos rendidos lado a lado. Nos besamos y nos abrazamos. Luego de un rato de estar descansando me paré de la cama y fui a asearme al baño. Carmen me siguió y también se aseó, aprovechando para que le diera otra dedeada y otro faje. Regresamos a la cama con la intención de vestirnos y llevarla a su casa, sin embargo, Carmen me pidió un cigarrillo. Le encendí uno y otro para mi y acostados en la cama fumamos y platicamos. Luego de un rato me dijo que le había gustado mucho como había jugado con su ano. Ante esto le pregunté si quería probarlo por ahí. Me dijo que si, pero que con cuidado. Le pedí que se acostara de lado y que levantara una pierna, entonces procedí a besarle el ano, a lamerlo, a dedearlo poco a poco, dilatándolo hasta que aceptó la entrada de dos de mis dedos.

Carmen se quejaba de un poco de dolor, pero no me pedía que parara. Entonces cambié de posición, quedando en un 69 con ella. Carmen me mamó el pene, mientras yo seguía jugando con su ano y con su clítoris, con una mano dedeaba su clítoris y con la otra y mi lengua jugaba con su ano. Entonces le pedí que me ensalibara muy bien el pene, que lo dejara escurriendo de saliba y me acomodé atrás de ella, Carmen tomó mi pene con su manita y lo dirigió poco a poco a su ano. Entonces comencé a moverme poco a poco, permitiendo que mi tronco entrara poco a poco en su culito, que se acostumbrara a él. Carmen pujaba al sentir como entraba centímetro a centímetro dentro de ella. Finalmente lo tuvo hasta la mitad dentro y entonces comencé a moverme lentamente. Carmen se quejaba pero inentaba seguir con el movimiento que llevaba yo. Al cabo de unos minutos su ano estaba perfectamente dilatado y permitía la entrada de todo mi pene, entonces Carmen empezó a gemir de placer, a disfrutar de cada embestida, mientras que con mi otra mano jugaba con su clítoris. Después de otros minutos Carmen se movía toda, gozando, sintiendo, apretando incluso con su ano dándome mas placer a mi. Después de unos minutos le dije que estaba a punto de venirme y me dijo que siguiera, que quería sentir mi leche dentro de mi. Entonces seguí con mis movimientos hasta que me vine. Al sentir mi descarga Carmen apretó sus esfínteres, exprimiendo mi pene hasta su última gota. Me quedé abrazado a ella en esa posición hasta que mi pene se salió solo de ella, entonces Carmen se dió la vuelta, me besó, me abrazó y nos levantamos de la cama. Nos metimos juntos a la regadera, cuidando que no se le mojara el pelo, pues aún tenía que llegar a su casa y eran como las 2 de la mañana, seguro la estaría esperando su mamá. Nos lavamos perfectamente, incluso aproveché para lavarle su culito, aún dilatado por mis embestidas, le lavé su vagina y aproveché para darle unas últimas chupadas por esa noche.Salimos del hotel y la llevé a su casa. La dejé en la puerta, nos despedimos con un beso y me dirigí a mi hotel a dormir un rato. Saldría al día siguiente rumbo a Zacatecas. Al amanecer lo primero que hice fue marcarle a su celular y decirle que me había encantado lo de la noche anterior. Ella me contestó que igual y que no descartaba la posibilidad de volver a repetirlo. Esa fue la primera de muchas veces en que nos compartimos sexualmente. Nunca hubo un compromiso entre ella y yo, nunca nos exigimos nada y siempre fuimos muy buenos amigos.

Con mi compañera de trabajo


Cuando laboraba para grupo elektra conocí a muchas mujeres muy atractivas, por ejemplo a Lulú, a Carmen, a Bárbara, a Mary de Jerez, a Mary "la Flaca", a la Pollito, y un largo etcétera. Con muchas de ellas (pudiendo decir que con la gran mayoría) solo tuve una relación de amistad. Sin embargo, como siempre sucede hay algunas que se permiten mas libertades con uno que las demás. A este delicado grupo de compañeras podemos llamarlas "las chamaconas", parafraseando al genial e inmortal Pedro Infante. Una de estas "chamaconas" era Mary, a quien de cariño le digo la flaca, pues efectivamente así está. Es muy alta y muy delgada, pero tiene algo que me fascina desde que la conocí.


Ella era operadora (cajera) de una sucursal y en esa misma sucursal tenía yo mi oficina, antes de cambiarnos a la gerencia regional. Mi oficina era grande y en ella tenía (cortesía del gerente de la sucursal) un frigobar, un catre, televisión, videcasetera y otras cosas, aparte de mi herramienta de trabajo. Lo genial era que quedaba de alguna manera libre de la tienda y sobre todo apartada de la vista de todos los demás. Mary continuamente me visitaba, pues la oficina quedaba de camino al sanitario. En una de esas veces no me percaté de la llegada de Mary a mi oficina y pues me encontraba viendo unas fotos que me había enviado una pareja en donde aparecían cogiendo. Cuando volteé la cara la ví, con esos ojos que me encantan clavados en la pantalla.

Al principio me apené, pero ella seguía viendo las fotos, así que mejor la invité a que las viera. Mary me dijo que tenía que regresar a las cajas, pero que después las podíamos ver. Por aquellos ayeres traía yo una laptop para mi trabajo, así que le sigerí esperarla a que saliera para seguir viéndolas. Mary al principio me dijo "ay como crees", pero mientras decía esto se acercaba a mi, hasta quedar muy cerquita. Aproveché para pasar mi brazo por su cintura, como quien no quiere la cosa y así, abrazándola la convenví de hacerlo. Mientras se decidía yo la apretaba hacía mí.


Finalmente accedió y así quedamos de irnos juntos. Mientras pasaba el tiempo aproveché para cargar en la laptop las fotos de la pareja, además de una vasta colección de fotos y videos míos, en los que aparecían fotos de mi miembro, unas de una amiga mientras me la mamaba y otras fotos descargadas de internet. Así mismo unos cuantos videos cortos. A las nueve y media de la noche salimos de la sucursal. Anteriormente ya habíamos salido juntos a beber a algún bar y en ocasiones, al calor de las copas nos habíamos tocado. Debería decir que solamente yo la había tocado, pues ella se quedaba quietecilla como si nada pasara mientras mis manos recorrían sus piernas, le tocaban su piel en el hueco de la bluza y el pantalón y esas cosas.


Salimos de ahí y nos fuimos a comprar unos caribes para beber. Nos fuimos a un mirador y ahí le dije ¿quieres seguir viendo las fotos?, ¿como crees? ¿a poco iba en serio? - Claro que iba en serio, mira, hasta las traje en mi laptop. Saqué el equipo, lo encendí y una vez encendido y cargado el software le enseñé las fotos de la pareja. En la primera ella le estaba dando una soberbia mamada de media verga a su esposo, de esas en que se ve que tienen la mitad de la verga en la boca, en la segunda el se la mamaba a ella, en la tercera ella estaba montada en él y así sucesivamente.

Mientras veíamos las fotos yo me acariciaba el pene por encima del pantalón, mientras Mary las observaba con detenimiento, haciendo comentarios como "ay que bárbara, mira como se lo mete todo", etc. Con una mano empecé a acariciarle el hombro y el cuello, acercándola lentamente a mi, hasta quedar cerquita, abrazándola. Mary seguía como si no notara lo que estaba haciendo y cuando se acabaron las fotos de la pareja me dijo ¿son todas?. No mija, sigue buscando - entonces aparecieron mis fotos y Mary volteó a verme y me dijo "¿eres tu? Mira que calladito, tan seriecito que te ves". Luego de este comentario siguió viendo mis fotos. Mi mano entonces bajó hacia uno de sus senos y se lo acaricié por encima de la ropa. Mary solo se estremeció pero siguió sin decir nada. Luego siguieron las fotos en las que mi amiga me estaba mamando el pene y Mary se quedó viendo con mas detenimiento, ya para entonces me había sacado el pene del pantalón abriendo el cierre y usando mi mano libre, pues la otra estaba muy entretenida en su seno. Comencé a masturbarme y de cuando en cuando notaba que Mary dejaba de ver el monitor de la laptop para verme masturbarme. Finalmente cerró la laptop y la acomodó a sus pies, volteó a verme y se acercó para besarme. Luego con su mano quitó la mía de mi pene y comenzó a masturbarme.


Lentamente, de arriba hacia abajo mientras nos besábamos tiernamente. Luego dejé de besarla y ella se me quedó viendo, pero sin dejar de mover su mano, se me acercó nuevamente y me dijo al oido "nunca he mamado". Poco a poco la llevé hacia mi pene y le pedí que lo besara. Ella comenzó a besarlo y después de un rato ya lo tenía en la boca, succionándolo y subiendo y bajando con él dentro. Finalmente le dije que estaba a punto de venirme y ella dejó de mamarlo. Le pedí que fuéramos a un motel, pero se negó, pretextanto que estaba en sus días. "Pero no me puedes dejar así" - le dije. Bueno, pues entonces... ¡y se bajó de nuevo! Pude sentir su boca recibiendo mi pene y subiendo y bajando nuevamente, hasta que le dije nuevamente "estoy a punto de venirme", Mary siguió mamando hasta que comencé a derramar mi leche. Mary se apartó de mi pene al sentir los primeros goterones, pero luego volvió a bajar (a lo mejor le gustó el sabor) y siguió mamando hasta que terminé de venirme, luego me limpió con la lengua y entonces tomó un klinex y me limpió y se limpió.

Después de esa vez seguimos viéndonos, cada vez experimentando juntos nuevas cosas. Le enseñé a coger como se debía, luego el sexo anal. Cada encuentro fue mas placentero que el anterior, hasta que finalmente ella se fue de Zacatecas.

No fue propiamente swinger, pero fue muy placentero

Mientras estudiaba, veía a mis amigos casados (como lo relaté en la entrada anterior) y tenía a mi novia, pues seguí adelante con mis recién adquiridos gustos swinger. Sin embargo, aún no sabía que existía la palabra swinger o su significado. Para mi eran nuevos gustos a la hora de coger y nada mas. Hasta ese momento no sabía ni siquiera que existían publicaciones ni en internet ni en la prensa escrita sobre el tema.Quiero aclarar que, aún cuando tenía fajesones con mi novia y de hecho nos hacíamos sexo oral, nunca hubo mas que eso entre ella y yo. Ella no quería que hubiera penetración y pues ni modo, me conformaba con aquellos fajesotes bárbaros y esas felaciones de antología.

Pero bueno, mientras todo esto pasaba comencé una relación de un par de años con las hermanas de uno de mis amigos/compañeros de escuela. Resulta que a su hermana mayor (llamémosle Blanca) la conocía ya de mis tiempos de prepa, sin embargo, como estábamos en grupos diferentes pues nunca prosperó la amistad. Y ahora que estudiaba, pues surgió la amistad al empezar a reunirnos en la casa de mi compañero (llamémosle Iván) para estudiar, hacer los trabajos, y de vez en cuando pistear. Blanca era divorciada y tenía un hijo pequeño. Había salido con su "domingo siete" y se había tenido que casar antes de terminar la prepa, luego se había separado de su esposo y vivía con sus papás y hermanos, junto con su hijo de dos años. Cuando la conocí en la prepa era una muchacha normalita, bonita pero no hermosa, delgada pero no tilica, bueno, medio buenona.

Mientras todo esto ocurría, Blanca había comenzado a cursar de nuevo la prepa, esta vez en la preparatoria pertenenciente a la Universidad, con lo cual, muchas veces le ayudaba yo a hacer su tarea pues, modestia aparte, las matemáticas eran mi fuerte. Finalmente, en una ocasión en que mi novia había salido de viaje con su familia, pues estaba yo sin hacer nada en la casa de mi amigo y por esas fechas había varios conciertos con motivo de la semana cultural, así que invité a Blanca a que me acompañara a uno de esos conciertos. Al cabo de unos minutos de esperarla salió de su cuarto con unos pantalones de mezclilla, una camisa y una chamarra, pues hacía frío. Cabe hacer mensión que con anterioridad Blanca me había coqueteado abiertamente, llegando incluso a rosarse al caminar conmigo, de manera que mi pene chocara con sus nalgas, pero todo había sido hasta ese momento pura calentura mal encaminada. Pues ese día salimos un poco tarde, así que no pudimos entrar con el coche al centro de la ciudad, por lo que decidimos mejor ir a un super y comprarnos unos caribes cooler, unos cigarros e irnos a un mirador. Eran como las siete en invierno, así que ya estaba oscuro y por aquellas fechas no había tanto control en los miradores como ahora, de hecho era un degenere al caer la noche por esas latitudes.


Pues nos fuimos al mirador y comenzamos a platicar acerca de desde cuando nos conocíamos, por que no nos habíamos hablado en la prepa e invariablemente la plática fue desviándose hacia el sexo. Aclaro que no fue algo que yo buscara, simplemente se fue hacia ese lado y cuando acordamos ya estábamos platicando de nuestros gustos, preferencias, etc. Yo le pedía me platicara si algunos de sus compañerillos de la prepa le hacían propuestas sexuales al ser ella la mayor y sobre todo divorciada. Blanca me decía que si, pero que no le gustaban mas chicos que ella, mas bien de su edad o mayores. Ella y yo somos de la misma edad, de hecho le gano por unos cuantos meses. Su mano empezó a acariciarme el muslo y pues yo hice lo mismo. Su mano subió a mi pene y yo subí la mía hacia su vagina y en ese momento nos acercamos y empezamos a besarnos. Ahí en el carro la llevé gentilmente hacia mi pene y le pedí que lo mamara. Luego ella se bajó los pantalones y yo le devolví el favor, finalmente la acomodé en la clásica posición "de perrito" y ahí me la cogí. Terminamos como a los veinte minutos y nos fuimos a su casa. A partir de ese momento en cada oportunidad que teníamos cogíamos como desesperados. Ella sacaba los dos o tres años de abstinencia conmigo y yo me saciaba carnalmente con ella.

He olvidado mencionar que este amigo, Iván, tenía tambien otra hermana mas chica que él, de unos 18 o 19 años a quien llamaré Guadalupe. Ella era diametralmente diferente a su hermana. Blanca es de estatura media, Guadalupe mas alta, Blanca de ojos oscuros, Guadalupe de ojos claros. Lupe, estaba terminando la prepa mientras Blanca intentaba terminarla. Lupe era mucho mas bonita que Blanca, en todos los aspectos, tanto de cuerpo como de cara. Como yo hacía mucha ronda en su casa acabamos siendo amigos. Salíamos los tres de vez en cuando, cuando terminaba yo de noviar y nos íbamos a algún bar o a algún mirador a pistear, pero nada mas. De momento no había pasado nada entre Lupe y yo, solamente con Blanca.

Sucedió que un día, los papás de ellas habían salido a México e Iván los había acompañado. Blanca y Lupe se habían quedado porque presentaban exámenes y regresarían en tres días. Nosotros en el tecnológico no tendríamos clase por dos días debido a un congreso, así que todo se conjugaba. Dejé a mi novia en su casa a las 10 de la noche y pasé a ver como estaban Blanca y Lupe. Mi intención era tratar de sonsacar a Blanca para irnos a coger a algún lado y nada mas, pero al llegar me topé con la novedad de que Lupe quería salir con nosotros ese día. Total que nos fuimos a comprar unas cervezas, nos subimos al carro y nos fuimos a un terrenos ubicado cerca de unas minas abandonadas, en lo que ahora se conoce como el polideportivo Zacatecas el cual en aquellos años estaba solo. Estacioné el carro abajo de un arbol de manera tal que no fuera posible verlo en la noche y empezamos a platicar, mientras bebíamos nuestras cervezas. Al cabo de un rato nos dieron ganas de ir a orinar. Ya saben, lo difícil es tirar la primera, después salen solas. Yo salí del coche y empecé a orinar del otro lado del árbol donde me había estacionado. Cuando terminé volteé hacia el vehículo y vi que Lupe me estaba observando, con una sonrisa medio divertida, medio pícara en su cara.

- ¿Así que espiando metiche? le dije,

- No, nada mas viendo por que mi hermana está tan contenta contigo.

- Ah caray, ¿ya lo sabes?

- Pues si, se nota, desde hace rato mi hermana está que se quema por coger contigo, pero yo les hice mosca ¿no?

- No, no nos haces mosca Lupe ¿como crees?

En ese momento llegó Blanca y se nos acercó. Al ver la cara de Lupe le dijo "ya andas viendo lo que no te corresponde ¿verdad cabrona?", "pues estaba a la vista de quien quisiera, y yo quiero"...Ante esto les sugerí que subiéramos al coche y nos fuéramos de ahí, pues desde hacía rato había notado que Lupe andaba medio jariosa. Total que nos subimos y nos fuimos de ahí. Mientras manejaba Lupe nos decía que nos había visto en un par de ocasiones como Blanca me agarraba el pene en su casa y como yo le agarraba los senos y las nalgas - "pero nunca los he visto coger y quiero verlos" nos dijo al fin. Ante esto, mejor paré el coche y les dije "¿quieres vernos coger a Blanca y a mi? ¿Y si tu le entras también?". Blanca pegó un salto dentro del coche que casi choca con el toldo "Oye, no mames... es mi hermana, ¿como crees?". "¿Que tiene?, ya soy mayor de edad y si quiero coger no me lo vas a impedir, además bien que quieres desde hace rato que este cabrón te la meta, pinche piruja".

Yo no hallaba que hacer, por un lado quería cogerme a Blanca, por el otro quería cogerme a Lupe y por otro lado quería cogérmelas a las dos, pero en ese momento ellas empezaban a discutir la vida sexual de Lupe. Finalmente al parecer la cordura se impuso entre ambas y me dijeron "mira, vamos a la casa, y ya veremos que pasa". Pues llegamos a la casa de ellas y ahí empezamos a beber otras cervezas. Al cabo de un rato se me acercó Lupe y se sentó a mi lado, subió su pierna encima de la mía y me miró con una mirada que quería decir "órale cabrón, agárrame ahora que hay modo". Mis manos comenzaron poco a poco a acariciar su pierna, hasta que llegaron a su vagina. Blanca solamente nos observaba desde el otro sillón con cara de encabronamiento, pero poco a poco comenzó a aflojarse. Finalmente se levantó del sillón y se metió a su cuarto. Yo pensé que se iba y que ya no iba a salir del coraje, pero para mi sorpresa al cabo de un rato salió solo en ropa interior. Mientras esto pasaba, al momento en que Blanca nos dejó solos, Lupe se me acercó y comenzó a besarme mientras me decía en voz baja "ahora si papito, aprovechemos que esta zorra se metió al cuarto". Cuando salió Blanca, Lupe dejó de besarme, pero cuando la vió en ropa interior entonces le valió madre y siguió besándome. Blanca volvió a sentarse en el sillón pero en esta ocasión abrió las piernas y mientras Lupe y yo fajábamos, ella comenzó a darse dedo en la vagina, observándonos.A l cabo de un rato se acercó a nosotros y empezó a besarme y poco a poco a decender hasta llegar a mi pene, el cual hábilmente sacó del pantalón y comenzó a besarlo, a introducirlo poco a poco en su boca y succionarlo. Lupe mientras tanto se apartó de mi y se puso de pié. Se dirigió al estereo de la sala y puso algo de música, no recuerdo cual, pero si lo puso bajito. Luego se dirigió a la ventana, corrió las cortinas y encendió la lámpara de la esquina, de manera tal que si alguien observaba desde afuera no le fuera posible saber que ocurría adentro. Blanca seguía con sus movimientos de arriba hacia abajo, utilizando solamente sus labios, sin meter las manos. Luego Lupe se acercó hacia nosotros y comenzó a desvestirse lentamente, hasta quedar totalmente desnuda. Luego se hincó hacia donde estaba Blanca y comenzó a ayudarle a quitarse la ropa interior, mientras Blanca me ayudaba a mi a desvestirme. Luego, ya desnudos los tres, ambas mujeres de dedicaban a chupar mi pene, primero una mientras la otra me besaba. luego la otra y finalmente las dos.

Al cabo de un rato ya estaba penetrando a Lupe (que ya no era virgen, como pude apreciar) mientras besaba a Blanca, luego cambiaba y penetraba a Blanca mientras dedeaba a Lupe, hasta que en un momento en que estaba penetrando de pie y por detrás a Blanca, Lupe se hincó frente a ella y comenzó a lamerle su vulva. Blanca, al sentir la lengua de Lupe (no la vió pues estaba con los ojos cerrados) dejó de moverse (yo también) y bajó la mirada para ver a Lupe mamarle el coño, entonces, para mi sorpresa pues yo pensaba que ahí se iban a armar los madrazos, Blanca abrió mas las piernas para permitirle a Lupe llegar hasta mi pene y su clítoris. Luego de un rato, cambiaron lugares y ahí, en cuatro puntitos, Lupe dándome las nalgas le mamaba a Blanca el coño acostada. Luego de varias venidas de ellas y dos mías descansamos un rato. Los tres estábamos sudando a mares, sentados en el sofá. Blanca se levantó y fue por las últimas cervezas que quedaban, nos las tomamos casi de un trago. Luego se paró y se metió a su cuarto, de ahí salió con una cinta de video y la puso en la VHS. Al cabo aparecieron una pareja en la cual el hombre le practicaba el sexo anal a la chica. Blanca se volteó y me dijo "aún no me lo haces así, papito". - "Caray, pues no lo habías pedido mamita", le dije yo. Blanca se puso en cuatro puntos para facilitar la penetración y antes de que yo pudiera jugar con su culo para dilatarlo, ya se había acercado Lupe y empezó a mamarle el culo, metiéndole la lengua, luego un dedo, luego dos, mientras tanto yo me la jalaba para ponerme erecto, finalmente Lupe se me acercó, me escupió el pene, lo mamó un par de veces y entonces me enfilé hacia el culo virgen de Blanca. Poco a poco mi pene entró en sus cavidades.


Al principio Blanca se quejaba e incluso una lágrima corrió por su cara al sentir los embates de mi garrote en su interior. Lupe se acomodó en cuatro frente a ella y comenzó a acariciarle la cara mientras yo la penetraba, y de pronto la besó en los labios, pero fue mayor mi sorpresa al ver que Blanca le correspondía al beso; desde mi posición podía ver como sacaban sus lenguas y las retorcían en sus bocas. Luego Lupe se acomodó acostada boca arriba acercando su sexo a Blanca y poco a poco la llevó a su vulva, en donde Blanca se perdió buen rato chupando y lamiendo a su hermana. Luego de un rato Blanca se vino, pero yo aún no me venía, así que Lupe dijo "me toca papi, lo quiero igual", entonces la dosis se repitió, pero a la inversa. En esta ocasión Blanca lamía el culo de su hermana y le metía los dedos, de la misma manera en que Lupe le había hecho a ella, luego de un rato yo mismo me uní a ella y entre los dos le lamimos el culito, luego Blanca mamó mi pene hasta dejarlo chorreando de saliba y entonces penetré a Lupe por su ano. Luego de un rato, cuando se vino Lupe, saqué mi pene y les dije que si querían que las bañara de mi leche. Ambas hermanas se hincaron frente a mi y se pusieron a chuparme hasta que exploté en chorros de semen, los cuales calleron en sus caras. Antes de que terminara de venirme, Blanca se puso a chuparme para dejarme limpio, pero Lupe no quiso, ya me había dado cuenta de que el comerse el semen no era lo de ella, pero si lo de Blanca. Entonces Blanca me limpió el pene y se dirigió a lamer los restos de mi leche de la cara de su hermana.Nos dormimos desnudos los tres en su cama matrimonial hasta el día siguiente, en que ellas se fueron a la prepa y yo a mi casa, pero regresamos en la noche para seguir con nuestros tríos. Lamentablemente la amistad se rompió con ellas y con su hermano, pese a que nunca supo que yo me cogía a sus dos hermanas y dejamos de vernos. Luego supe que Lupe se declaró totalmente lesbiana y que vivía en Guadalajara con otra mujer, que Blanca se había juntado con otro hombre y que ahora era madre de otra niña. A veces quisiera poder repetir esas experiencias con ellas, pues ellas me iniciaron en los tríos M-H-M. Por esta razón las recuerdo con mucho cariño y, donde quiera que estén les envío mis mejores deseos.

Por que soy swinger


Mi nombre es Alejandro. Tengo en este momento 35 años, soy heterosexual, casado sin permiso, delgado, 1.70 de estatura y radico en Zacatecas.

Me inicié en este ambiente cuando estudiaba la carrera de Ingeniería en Sistemas allá por la década de 1990. Todo sucedió de la siguiente manera:

Una pareja de amigos organizó una fiesta en casa de ellos. Ellos estaban casados y hacían la misma carrera que yo. De alguna manera, al ser ellos un matrimonio los demás los veíamos como una figura de respeto. La fiesta inició cerca de las 10 de la noche y para eso de la una de la mañana los demás compañeros ya se habían retirado, quedando solo ellos dos y yo.

Seguimos tomando en la sala de su casa. Los tequilas continuaban mientras nuestra plática iba de un tema a otro. Finalmente llegamos al tema del sexo. Empezamos a platicar de nuestras experiencias y que era lo que me gustaba a mi. Mientras hacíamos esto ella se empezó a poner cachonda con él. Le agarraba sin tapujos el pene mientras yo la observaba. El le empezó a acariciar el culo y luego comenzaron a fajar.

A estas alturas yo no sabía si quedarme o irme para dejarlos solos y que continuaran con lo que estaban haciendo. Justo cuando estaba a punto de levantarme (del sillón, porque del pene ya hacía buen rato que estaba parado) ella le sacó el pene del pantalón y comenzó a mamarlo. Él me vió y me preguntó: "¿Que? ¿Te gusta mi vieja?" Yo no pude menos que aceptarlo, la verdad es que ella es una mujer muy guapa, así que asentí, entonces el me dijo "pues llégale con ella entonces"... Al ver que no me animaba, ella dejó de mamarlo y se dirigió hacia mí. Nos besamos, nos cachondeamos y cuado se bajó a mamar mi pene él le llegó por atrás y se la metió de un solo golpe.

Ella no batalló mucho para digerir el golpe, pues estaba super mojada. Gemía ante los embates de su esposo mientras tenía mi pene en su boca. Luego de un rato cambiamos de posición, entonces me acomodé detrás de ella y la penetré lentamente. Por fin tenía a esa reina para mi. No puedo negar que ya había fantaseado varias veces con ella, pero como eran esposos, esa posibilidad había quedado fuera de mi alcance, hasta esa noche. La bombeaba una y otra vez, escuchando sus gemidos.


Esa noche le hicimos de todo, doble penetración por la vagina, por la vagina y el ano, por la boca, etc. Finalmente él se corrió dentro de su culo y yo en su cara. Terminamos felices y super contentos. Así que continuamos frecuentándonos por algún tiempo, hasta que terminamos la carrera y ellos cambiaron de residencia a otra ciudad.

Este evento cambió mi vida y mi sexualidad, pues desde entonces comencé a explorar el ambiente swinger. He tenido muchas experiencias, tanto buenas como malas. Siempre que he logrado contactar a alguien es jugarse el albur, pues no sabes como serán ellos hasta que los ves.

Busco mujeres y/o parejas dispuestas a disfrutar de su sexualidad en un ambiente de higiene, respeto y discreción. No sado, no drogas, no $$$, solamente sexo delicioso.